En 1951 Pedro Carrera y su esposa Rosa, ante una España convulsionada, decidieron dejar su Barcelona natal. Llegaron a Uruguay junto a sus tres hijos con muchas ganas de hacer lo que mejor sabían hacer e instalaron Confitería Carrera.
Después de muchos años y mucho esfuerzo, habiendo heredado el oficio, su hijo Juan continuó con el negocio familiar.
Como su padre, dedicó su vida al negocio, creció y buscó acercarse a sus fieles clientes instalando además un local en Punta Carretas Shopping y otro en Geant Parque Roosevelt.
Tras el fallecimiento de Juan, queda al frente de la Confitería la tercer generación y todo un gran equipo, que cuidando las recetas trasmitidas de padres a hijos, conservan viva la tradición de Confitería Carrera.
Hoy, con un mundo tan cambiante, nuestra meta es mantener la Tradición, lo Artesanal y la Calidad que nos distinguió siempre.